Agrivoltaica: una solución sostenible para la energía solar y la agricultura

Agrivoltaica una solución sostenible para la energía solar y la agricultura

La energía solar es una de las fuentes más prometedoras de energía limpia y renovable, pero también requiere mucho terreno para instalar huertos solares a gran escala. Esto supone un reto para la planificación del uso del suelo, sobre todo en zonas donde las tierras de cultivo y los hábitats naturales son escasos o están amenazados. Sin embargo, un nuevo enfoque llamado agrivoltaics puede ofrecer una solución que beneficie tanto a los agricultores como a la vida silvestre.

La agrivoltaica es la práctica de combinar paneles solares con cultivos agrícolas o pastos, creando un sistema sinérgico que puede producir tanto alimentos como energía. La agrivoltaica también puede aportar beneficios ecológicos, como la mejora de la calidad del suelo, la conservación del agua, la biodiversidad y la polinización1

Un estudio reciente realizado por investigadores del Laboratorio Nacional Argonne del Departamento de Energía de EE.UU. demuestra los efectos positivos de la agrivoltaica tanto en las explotaciones agrícolas como en los hábitats. El estudio, publicado en la revista Environmental Research Letters, analizaba dos emplazamientos agrivoltáicos en Minnesota, donde se instalaron paneles solares sobre plantas autóctonas de pradera y cultivos de alfalfa.

Los investigadores descubrieron que los paneles solares creaban un microclima que mejoraba el crecimiento y la supervivencia de las plantas situadas debajo, al reducir las temperaturas extremas, aumentar la humedad y moderar la velocidad del viento. Las plantas, a su vez, refrescaban y daban sombra a los paneles solares, mejorando su eficacia y vida útil.

El estudio también descubrió que los emplazamientos agrivoltaicos albergaban una mayor diversidad y abundancia de polinizadores, como abejas, mariposas y polillas, en comparación con las granjas solares convencionales o los campos agrícolas. Los polinizadores se sentían atraídos por las plantas en flor bajo los paneles solares, que también les servían de fuente de alimento y refugio. La presencia de polinizadores puede beneficiar a los cultivos cercanos que dependen de ellos para su fertilización, como frutas, verduras y frutos secos.

Los investigadores calcularon que los emplazamientos agrivoltáicos podían generar hasta un 35% más de electricidad y un 92% más de actividad de los polinizadores que las granjas solares convencionales, al tiempo que producían biomasa para piensos o biocombustibles. También calcularon que los emplazamientos agrivoltaicos podrían reducir la evaporación del agua hasta en un 76%, ahorrando unos 4.100 millones de litros de agua al año en Minnesota.

El estudio sugiere que la agrivoltaica podría ser una opción viable para la gestión del suelo, especialmente en regiones donde las tierras de cultivo y los hábitats naturales compiten por el espacio. La agrivoltaica también podría ayudar a los agricultores a adaptarse al cambio climático y diversificar sus ingresos mediante el pago de arrendamientos de tierras u otras estructuras empresariales.

Sin embargo, el estudio también reconoce que existen algunos retos y limitaciones a la hora de implantar la agrivoltaica, como el coste, el diseño, el mantenimiento y la regulación de los sistemas. Los investigadores recomiendan más investigación y proyectos de demostración para optimizar el rendimiento y los beneficios de la agrivoltaica, y para abordar las posibles compensaciones y riesgos implicados.