China se consolida como líder mundial de la energía solar

China se consolida como líder mundial de la energía solar

En un año récord para la energía solar, China ha consolidado su posición como líder indiscutible, añadiendo suficiente capacidad solar solo en 2023 para superar todo el parque solar existente en Estados Unidos. Los datos de la Administración Nacional de Energía, citados por Bloomberg, revelan la asombrosa cifra de 216,9 gigavatios (GW) de nueva capacidad de energía solar instalada el año pasado, más del doble del récord anterior de 87,4 GW establecido en 2022.

Esta asombrosa hazaña sitúa las instalaciones solares de China en 2023 en la misma liga que toda la capacidad solar de EE.UU., estimada por BloombergNEF en 175,2 GW. En otras palabras, China ha instalado por sí sola tanta energía solar como toda la industria estadounidense en toda su historia.

Pero las ambiciones chinas no se limitan a superar a las estadounidenses. El año pasado, el país puso en servicio tanta energía solar fotovoltaica como la que dispuso el mundo entero en 2022, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Esta oleada de instalaciones de energías renovables, impulsada por la energía solar fotovoltaica y alimentada por las inmensas instalaciones de China, elevó la capacidad renovable mundial a casi 510 GW, lo que representa un aumento de casi el 50% con respecto al año anterior.

Además, en el impresionante año 2023, China también registró un récord de energía eólica, con 75,9 GW instalados, una cifra muy superior a los 37,6 GW de 2022. Esta rápida expansión impulsó la capacidad de generación de energía renovable en China por encima del 50% del total, alcanzando un hito que el país se había fijado inicialmente para 2025.

El dominio de China va más allá de las meras cifras de instalación. Ejerce un inmenso poder en el mercado de paneles solares, donde sus costes de producción se han desplomado un 42% sólo en el último año. Esta importante ventaja de costes, destacada por Wood Mackenzie en un informe reciente, da a los fabricantes chinos una ventaja sustancial sobre sus competidores estadounidenses y europeos.

A pesar de su liderazgo en energía eólica y solar, el enfoque chino de la seguridad energética abarca una cartera diversa. Invierte mucho en energía hidroeléctrica e hidrocarburos, abogando por una estrategia de «todo lo anterior». Sin embargo, la continua dependencia del carbón del país y la construcción prevista de nuevas centrales eléctricas de carbón siguen siendo un punto de preocupación para los objetivos climáticos mundiales.

A medida que el mundo avanza hacia un futuro más limpio, la rápida adopción de la energía solar por parte de China ofrece tanto esperanza como cautela. Su despliegue a gran escala sirve de faro de progreso y demuestra el inmenso potencial de las energías renovables. Sin embargo, el aferramiento simultáneo a los combustibles fósiles crea una narrativa compleja, destacando los retos de equilibrar la seguridad energética con la responsabilidad medioambiental. El futuro energético de China y su impacto en la trayectoria climática mundial será, sin duda, una historia que merecerá la pena seguir en los próximos años.