Nvidia es uno de los principales fabricantes de unidades de procesamiento gráfico (GPU), un tipo de chip esencial para la inteligencia artificial (IA) y la computación de alto rendimiento. Las GPU de Nvidia están ampliamente consideradas superiores a los productos de la competencia para tareas de IA, ya que pueden procesar enormes cantidades de datos de forma más eficiente. Nvidia tenía una cuota del 90% del mercado chino de chips de IA antes de que EE.UU. impusiera restricciones a la exportación de sus productos.
En septiembre de 2022, EE. UU. prohibió la exportación de las GPU A100 y H100 de Nvidia a China y Hong Kong, alegando motivos de seguridad nacional. Estas GPU son los modelos más avanzados que ofrece Nvidia, y pueden utilizarse para aplicaciones militares y civiles, como simulaciones nucleares, reconocimiento facial y conducción autónoma. La prohibición estadounidense se extendió en octubre a las GPU A800 y H800 de Nvidia, que eran versiones más lentas que Nvidia desarrolló para el mercado chino.
Sin embargo, una investigación de Reuters sobre documentos de licitaciones muestra que docenas de entidades chinas, incluidos organismos militares, institutos estatales de investigación de IA y universidades, han comprado y recibido las GPU prohibidas de Nvidia durante el último año. Entre los compradores figuran algunas entidades sujetas a su vez a restricciones de exportación estadounidenses, como el Instituto de Tecnología de Harbin y la Universidad de Ciencia y Tecnología Electrónicas de China, que han sido acusadas de participar en asuntos militares o estar afiliadas a un organismo militar contrario al interés nacional de Estados Unidos.
El análisis de Reuters también revela que los proveedores de las GPU de Nvidia son, en su mayoría, vendedores chinos desconocidos, que no han sido autorizados por Nvidia ni por sus distribuidores. No está claro cómo han obtenido las GPU estos vendedores, pero algunas fuentes sugieren que han aprovechado las lagunas existentes en los controles de exportación de EE.UU., como el uso de terceros países o empresas para importar las GPU, o la compra del exceso de existencias en el mercado negro.
La continua demanda y el acceso a las GPU de Nvidia en China pone de manifiesto las dificultades a las que se enfrenta Estados Unidos para cortar el acceso de China a la tecnología avanzada estadounidense que podría alimentar sus ambiciones militares y de inteligencia artificial. También muestra la falta de alternativas viables para las empresas chinas, a pesar de los esfuerzos de los fabricantes de chips nacionales, como Huawei, por desarrollar sus propios productos. Nvidia no ha hecho comentarios sobre el informe de Reuters, pero ha dicho anteriormente que cumple con todas las leyes y reglamentos aplicables en relación con sus exportaciones.