La euforia inicial de algunos compradores de Apple Vision Pro ha comenzado a desvanecerse.
Recientemente, ha surgido un aumento en las publicaciones en redes sociales de propietarios de Vision Pro que expresan su intención de devolver sus auriculares de $3,500. Apple ofrece un período de devolución de 14 días desde la fecha de compra para cualquier producto, y los primeros compradores de Vision Pro están justo en ese plazo.
La incomodidad es una de las razones más comunes citadas para las devoluciones. Muchos usuarios han reportado dolores de cabeza y mareos al usar los auriculares. El peso del dispositivo, así como su distribución frontal, ha sido objeto de quejas recurrentes.
«Aunque esperaba una experiencia mágica, encontré que llevarlo era demasiado incómodo, incluso durante períodos cortos, debido al peso y al diseño de la correa. Quería disfrutarlo, pero me sentía intimidado al ponérmelo», comentó Ortolani, quien también compartió su experiencia de devolución en un post.
«Es demasiado costoso y complicado para intentar acostumbrarme a los constantes dolores de cabeza y fatiga visual que experimentaba. Volveré para la próxima».
No resulta asombroso que cada individuo posea una anatomía única, lo que plantea desafíos al momento de fabricar wearables para el mercado en general. La búsqueda de comodidad se ve inevitablemente comprometida, impactando de manera desigual en las personas. En el caso de los relojes inteligentes, esta cuestión suele centrarse en el tamaño y peso del dispositivo en comparación con el tamaño de la muñeca. En cuanto a los anillos inteligentes, la preocupación radica en el tamaño del dedo, siendo frecuente que las personas enfrenten dificultades debido a diferencias de tamaño o problemas de hinchazón. Por otro lado, las gafas inteligentes y los auriculares pueden no ajustarse adecuadamente a personas con un puente nasal bajo, lo que puede provocar que el dispositivo se deslice del rostro o no bloquee la luz de manera efectiva.
Sin embargo, los problemas no se limitan al hardware. Otra queja común respecto a los Vision Pro es la falta de productividad en relación con su elevado precio. Un usuario comentó en Threads que usar las pantallas de Figma le causaba mareos, y que el dispositivo no era adecuado para su trabajo. Otro ingeniero expresó en la red social X que la experiencia de programación no cumplía con sus expectativas, y que los problemas de enfoque le ocasionaban dolores de cabeza.
«Si no puedo utilizarlo para aumentar mi productividad, si no lo disfruto como entretenimiento y si carece de suficientes opciones de juego, no puedo justificar conservarlo», afirmó un usuario en Reddit.
«Después de usar mi Apple Vision Pro durante dos horas y darme cuenta de que no lo aprovecharía lo suficiente, decidí volver a empaquetarlo y devolverlo. Aunque es bastante impresionante, no veo ninguna función que vaya a utilizar con la frecuencia necesaria para justificar quedármelo.»
«Es complicado realizar múltiples tareas entre las ‘ventanas'», comentó un usuario en Threads. «Además, varios tipos de archivos no son compatibles con el Vision Pro. No veo cómo crear una presentación de diapositivas en el Vision Pro podría ser más eficiente que hacerlo con un ratón y teclado, incluso si te hace sentir como en Minority Report».
Resulta incierto cómo este grupo de usuarios pioneros afectará el futuro del Vision Pro. Muchos de los que planeaban devolver el dispositivo también expresaron su interés en probar una posible segunda generación del Vision Pro. Otros señalaron que el problema no radica en la tecnología en sí, sino en la falta de una aplicación revolucionaria o de comodidad. Sin embargo, resulta complicado determinar la magnitud de este fenómeno. Aunque estos usuarios comparten sus opiniones en redes sociales, desconocemos la tasa real de devolución y las expectativas internas de Apple para el Vision Pro.