Desde la compra de Twitter por parte de Elon Musk, la empresa presuntamente habría perdido el 72% de su valor

Desde la compra de Twitter por parte de Elon Musk, la empresa presuntamente habría perdido el 72% de su valor

X, la red social que Elon Musk compró a Twitter en octubre de 2022, ha visto caer su valor drásticamente en el último año, según uno de sus inversores, Fidelity. El Blue Chip Growth Fund de Fidelity, que posee una pequeña participación en X, valoró sus acciones en 5,6 millones de dólares a 30 de noviembre de 2023, frente a los 19,7 millones de dólares que tenía cuando invirtió por primera vez en X. Esto implica que el valor global de X ha caído un 72%, de 44.000 millones de dólares a 12.500 millones, en poco más de un año.

La razón del declive de X se debe en gran medida al comportamiento polémico y divisivo de Musk, que ha alienado tanto a anunciantes como a usuarios. Musk ha sido acusado de promover el antisemitismo, la incitación al odio y la desinformación en su plataforma, y ha respondido con desafío e insultos a sus críticos. También ha despedido a la mayor parte del personal de X y se ha resistido a cualquier intento de moderar o regular el contenido de su plataforma.

Los problemas de X no son sólo financieros, sino también legales. X se enfrenta a nuevos desafíos tanto en EE.UU. como en la UE, que han introducido leyes para proteger a los consumidores y responsabilizar a las empresas de redes sociales de sus prácticas de moderación de contenidos. X ha demandado a California, uno de los mayores mercados de redes sociales, para bloquear su ley de moderación de contenidos, que obliga a las empresas a divulgar dos veces al año sus condiciones de servicio y sus políticas de moderación de contenidos. Sin embargo, X perdió un fallo clave la semana pasada, cuando un juez federal denegó su solicitud de una medida cautelar, diciendo que la ley no viola la Primera Enmienda y sirve a un interés público sustancial.

El futuro de X es incierto, ya que lucha por competir con otras plataformas y hacer frente al cambiante entorno normativo. Los resultados financieros y la base de usuarios de X son difíciles de medir, ya que es una empresa privada y no divulga sus datos. La valoración de Fidelity puede no reflejar el verdadero valor de X, ya que otros accionistas pueden tener opiniones diferentes.