Una reciente investigación revela que la presencia extensiva de vegetación en los techos de los edificios podría tener un impacto significativo en la reducción de las temperaturas en áreas urbanas, así como en la disminución de los gastos energéticos asociados.
El estudio, liderado por investigadores de la Universidad Kyung Hee, entre ellos Indira Adilkhanova y el profesor Geun Young Yun, en colaboración con el profesor Mattheos (Mat) Santamouris de UNSW Sydney Scientia, reveló que las cubiertas verdes podrían reducir las temperaturas en aproximadamente 1 °C durante los meses de verano en la capital de Corea del Sur. Además, se encontró que con una implementación máxima de estas cubiertas, la demanda energética relacionada con la refrigeración podría reducirse hasta en un 8%.
Este estudio, publicado en Nature Cities, representa el primer análisis exhaustivo del impacto potencialmente transformador de las cubiertas verdes en el consumo de energía y las condiciones climáticas a nivel urbano. Sus hallazgos podrían proporcionar un modelo para evaluar el potencial de este enfoque en otras ciudades alrededor del mundo.
El profesor Santamouris, titular de la cátedra Anita Lawrence de Arquitectura de Alto Rendimiento de UNSW Arts, Design & Architecture, señala que, a diferencia de estudios anteriores que se centraron en el impacto energético de las cubiertas verdes en edificaciones individuales, este estudio marca un hito al evaluar tanto el impacto climático como energético real de las cubiertas verdes a nivel de toda una ciudad. Destaca que sus conclusiones revelan el potencial significativo de las cubiertas verdes para reducir drásticamente la temperatura máxima urbana y generar ahorro energético.
Para llevar a cabo la investigación, el equipo realizó simulaciones climáticas a gran escala y evaluó el consumo energético de los edificios en tres escenarios diferentes de cobertura vegetal. El enfoque se centró en evaluar cómo las cubiertas verdes extensivas no irrigadas, caracterizadas por su bajo mantenimiento y su potencial de implantación a gran escala, podrían reducir la temperatura y las necesidades de refrigeración de Seúl durante el mes más caluroso del año, agosto.
Los resultados del modelado revelaron una relación directa entre la extensión de los sistemas de cubiertas verdes y la magnitud de las reducciones en las temperaturas y la demanda energética. Cuando el 90% de los edificios estaban equipados con techos verdes, se observó una disminución de hasta 0,54 °C en la temperatura del aire y de hasta 2,17 °C en la temperatura de la superficie urbana. Además, el consumo energético de los edificios se redujo aproximadamente un 7,7% (0,64 kWh/m2).
El profesor Santamouris destaca que los techos verdes contribuyen a enfriar el entorno al fomentar la evaporación mediante la transpiración de las plantas, lo que refresca el aire circundante y reduce la necesidad de sistemas de refrigeración como el aire acondicionado, lo que a su vez reduce la demanda general de energía. Además, señala que la capa de tierra y vegetación en los techos verdes actúa como aislante, disminuyendo la transferencia de calor hacia los edificios y generando así un mayor ahorro energético.
Aunque la presencia actual de techos verdes en Seúl es limitada, se prevé un aumento significativo en las próximas décadas, alcanzando entre el 30% y el 60% de cobertura según las políticas locales. Sin embargo, el profesor Santamouris sostiene que, con los incentivos adecuados, se podría llegar a una cobertura del 90%, que representa el máximo potencial de adopción de techos verdes.
Según el profesor Santamouris, los techos verdes representan una de las soluciones más costosas para mitigar el calor, con inversiones iniciales considerables y necesidad de mantenimiento continuo, lo que los hace inadecuados en ciertos contextos. Sin embargo, destaca que para ciudades y empresas en países desarrollados que cuentan con los recursos financieros necesarios, los techos verdes pueden representar una contribución social significativa, y los responsables políticos pueden establecer condiciones para promover su adopción generalizada.
El profesor Santamouris subraya que la efectividad de los techos verdes está condicionada por variables climáticas que deben ser consideradas en su diseño e implementación. Además, resalta la importancia de análisis más detallados para comprender completamente el potencial anual de enfriamiento y ahorro energético a largo plazo que ofrecen estos sistemas.
«El desempeño de los techos verdes está intrínsecamente ligado a diversos factores, incluyendo la humedad, las precipitaciones, la radiación solar y la temperatura», señala el profesor Santamouris. «Sin embargo, también es importante reconocer los beneficios climáticos adicionales de los techos verdes, como la capacidad de absorber agua de lluvia, fomentar la biodiversidad y mejorar la estética urbana».
El profesor Santamouris enfatiza la necesidad imperiosa de implementar medidas para contrarrestar el calor en entornos urbanos, como la adopción de cubiertas verdes. Advierte que el incumplimiento de estas estrategias acarreará consecuencias severas. De acuerdo con las proyecciones, si persiste la tendencia actual, las temperaturas nocturnas en zonas urbanas podrían experimentar un incremento de hasta 5 °C para el año 2050. Este aumento podría generar dificultades financieras para una considerable cantidad de personas, incluso en naciones desarrolladas, quienes podrían enfrentar problemas para afrontar los costos eléctricos derivados de la necesidad de refrigeración. Asimismo, se espera un marcado aumento en las enfermedades y muertes relacionadas con el calor. Para Santamouris, resulta fundamental adoptar sin demora una serie de técnicas y tecnologías destinadas a mitigar el calor en los núcleos urbanos. En caso contrario, advierte que las próximas décadas podrían acarrear consecuencias catastróficas, afectando no solo el ámbito económico, sino también la calidad de vida, especialmente para aquellos de recursos limitados, quienes se verían particularmente afectados.