Este 20 de marzo, Biden anunció un acuerdo por el cual Intel recibirá una financiación directa de 8,500 millones de dólares a través de la Ley Chips, con el objetivo de impulsar la producción de semiconductores de alta tecnología para la inteligencia artificial (IA).
Esta inversión está destinada a fortalecer tanto la fabricación de chips como las capacidades de investigación y desarrollo en los Estados Unidos, promoviendo así la creación de semiconductores avanzados. Según el comunicado oficial, el financiamiento respaldará los proyectos de investigación y desarrollo de Intel en sus instalaciones en Arizona, Nuevo México, Ohio y Oregón.
Pat Gelsinger, CEO de Intel, afirmó: «La inteligencia artificial está impulsando la revolución digital y, para ello, se requieren semiconductores. El apoyo proporcionado por la Ley CHIPS garantizará que tanto Intel como los Estados Unidos se mantengan a la vanguardia de la era de la inteligencia artificial, al tiempo que construyen una cadena de suministro de semiconductores sólida y sostenible para impulsar el futuro de nuestra nación».
Bajo los términos del acuerdo, Intel tendría la opción de acceder a préstamos federales de hasta 11,000 millones de dólares. Además, planean beneficiarse del Crédito Fiscal a la Inversión (ITC) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, el cual podría representar hasta el 25% de las inversiones calificadas, superiores a 100,000 millones de dólares en un período de cinco años.
La Ley CHIPS y la apuesta de Biden por el impulso a la Inteligencia Artificial (IA)
La crisis de la escasez de semiconductores ha sido un desafío significativo en la cadena de suministro desde el inicio de la pandemia de COVID-19. La mayoría de estos componentes, esenciales en una amplia gama de productos, desde dispositivos móviles hasta automóviles y computadoras, son fabricados principalmente en China y Taiwán.
El 9 de agosto de 2022, el presidente Joe Biden promulgó la «Acta de CHIPS y Ciencia de 2022», conocida como la Ley de Semiconductores y Ciencia en español.
Esta ley asigna 52,000 millones de dólares en subvenciones destinadas a fortalecer la posición de Estados Unidos en lo que Biden describe como «la competencia económica del siglo XXI».
Los fondos incluyen 39,000 millones de dólares en incentivos para la fabricación, con 2,000 millones específicamente destinados a chips heredados utilizados en sectores como automotriz y defensa, además de 13,200 millones de dólares para investigación y desarrollo en el ámbito laboral, y 500 millones para actividades de cadena de suministro de semiconductores y seguridad en tecnologías de comunicación e información a nivel internacional.
La estrategia delineada por Intel se enfoca en tres pilares fundamentales: la consolidación de un liderazgo tecnológico en los procesos, el fortalecimiento de una cadena de suministro global de semiconductores más resistente y sostenible, y el establecimiento de un negocio de fundición de primer nivel. Estas iniciativas están alineadas con los objetivos de la Ley CHIPS, que busca promover la fabricación de semiconductores y el liderazgo tecnológico en los Estados Unidos.
La disputa entre Estados Unidos y China en la carrera por el dominio en la inteligencia artificial ha llevado a una serie de medidas estratégicas.
En octubre del año pasado, la administración Biden anunció planes para reforzar los controles de exportación sobre los semiconductores destinados a la inteligencia artificial y los equipos utilizados en su fabricación, con el propósito de impedir que China adquiera o produzca chips avanzados.
Estas medidas incluyen desde restricciones en la venta de chips por encima de cierta capacidad a China y otros países designados como restringidos, hasta la prohibición de la exportación de equipos específicos utilizados en su fabricación.
Las restricciones planteadas han generado expectativas sobre el impacto que tendrán en los fabricantes de chips líderes, como Nvidia, AMD e Intel, quienes son proveedores destacados en la industria de la inteligencia artificial.
No obstante, en marzo de este año, Nvidia alcanzó una facturación que superó los 2 billones de dólares gracias a sus chips especializados en inteligencia artificial. A su vez, el reciente acuerdo firmado sugiere que el panorama futuro de Intel puede no ser tan sombrío como se preveía.