Investigadores británicos convierten heces humanas en combustible para aviones

Investigadores británicos convierten heces humanas en combustible para aviones

Firefly Green Fuels, empresa con sede en el Reino Unido, ha desarrollado un combustible de aviación derivado de residuos humanos. Este innovador combustible, confirmado por pruebas independientes, es idéntico al combustible convencional para aviones.

La industria de la aviación, responsable del 2,5% de las emisiones mundiales de carbono, busca combustibles de aviación sostenibles para reducir su impacto ambiental. Firefly Green Fuels, fundada por James Hygate, producía inicialmente biodiésel a partir de aceite de colza. La empresa se centró después en los motores a reacción, experimentando con diversos materiales, como aceites de cocina usados y residuos alimentarios.

En colaboración con Sergio Lima, químico del Imperial College de Londres, el equipo desarrolló un proceso para convertir los residuos humanos en una sustancia similar al petróleo crudo. Esta sustancia puede refinarse y convertirse en combustible, de forma similar a los procesos de las refinerías de petróleo.

Se confirmó que el combustible SAF recién desarrollado, fue enviado a un centro de Alemania para ser sometido a pruebas, tenía una composición química similar a la del combustible A1 utilizado en los motores a reacción. Lima afirmó que la empresa había producido combustible neto cero, con una reducción de hasta el 90% de las emisiones en comparación con los combustibles fósiles.

El método de Firefly, que utiliza un recurso abundante e inevitable como los desechos humanos, elude la polémica en torno a los combustibles alternativos basados en cultivos y su impacto en la seguridad alimentaria. Según los cálculos de Hygate, procesando las aguas residuales anuales de 10.000 personas se podría abastecer un solo vuelo de Londres a Nueva York. Procesando las aguas residuales de todo el Reino Unido, Firefly podría satisfacer el 5% de la demanda de combustible de aviación.

La empresa está trabajando ahora para construir una planta piloto a gran escala en el Reino Unido.