AMD ha presentado recientemente sus APU Ryzen 8000G, que se distinguen por combinar una CPU con una GPU integrada de gran tamaño. Las evaluaciones de rendimiento preliminares del modelo estrella, Ryzen 8700G, muestran un rendimiento excepcional en juegos sin depender de una tarjeta gráfica independiente. En líneas generales, los jugadores pueden lograr entre 50 y 120 fps a 1080p con una configuración de detalle media en numerosos juegos modernos.
Aunque AMD había anunciado cifras como más de 60 fps en Cyberpunk 2077 con el 8700G, no fue hasta que los analistas tuvieron acceso a los chips que se pudo afirmar con certeza si estos nuevos procesadores realmente cumplían con el rendimiento para juegos que aseguraba AMD.
El Ryzen 8700G encabeza la nueva línea, seguido por los modelos 8600G, 8500G y 8300G. Este chip de 8 núcleos y 16 hilos se asemeja al Ryzen 7 7700 o al Ryzen 7 7800X3D. A diferencia de estos últimos, que cuentan con GPU integradas básicas para procesamiento de vídeo y juegos sencillos, el 8700G presenta una GPU integrada (iGPU) considerablemente más potente.
La iGPU del 8700G incluye 12 unidades de cálculo RDNA 3, en comparación con las 2 unidades RDNA 2 de la iGPU del 7700. La 8600G cuenta con una GPU de 8CU, mientras que las 8500G y 8300G presentan GPUs más modestas de 4CU.
En comparación, la tarjeta gráfica AMD Radeon RX 7600 de $269 posee 32 CUs RDNA 3, lo que la convierte en una opción más potente, pero a un costo adicional. Además, esta tarjeta requiere una fuente de alimentación con un cable de alimentación de GPU adicional, una carcasa más grande y posiblemente más ventiladores de refrigeración. La 8700G, en cambio, puede mantenerse fresca y silenciosa con el sencillo disipador suministrado por AMD: no es necesario buscar el mejor disipador de CPU.
Profundizando en las pruebas, un video del canal Hardware Unboxed muestra que el chip alcanza una media de 49 fps y un 1% de 38 fps en los niveles bajos de Baldur’s Gate 3 (BG3) cuando se ejecuta a 1080p con una configuración de bajo nivel de detalle.
Claramente, se deben hacer concesiones al reducir el nivel de detalle, pero aún así se mantiene un rendimiento muy jugable. En comparación con el AMD Ryzen 7 5700G de la generación anterior, que era un referente en su clase por sus gráficos integrados, la diferencia es sorprendente: este chip solo logra una media de 20 fps y un mínimo del 1% de 11 fps.
En juegos menos demandantes gráficamente, la imagen es aún más persuasiva. En Counter-Strike 2 (CS2), esta APU alcanza una media de 119 fps y un mínimo del 1% de 70 fps a 1080p con un nivel de detalle medio. Ambas cifras aseguran que, si bien no competirás en torneos con este chip, podrás disfrutar de partidas en línea ocasionales.
La historia se repite en Fortnite, donde este chip logra impresionantes 132 fps con un mínimo del 1% de 114 fps, todo a 1080p con ajustes gráficos bajos. Además, en la mayoría de las pruebas de otros juegos, el chip raramente desciende por debajo de los 40 fps de media, un dato corroborado por varios sitios.
Hemos expresado entusiasmo previo por las capacidades de las GPU integradas de alta gama, pero siendo realistas, esta es la primera vez que un gran número de jugadores con un presupuesto ajustado pueden adquirir con confianza un sistema basado en una CPU como esta sin sacrificar notablemente el rendimiento. Para aquellos que comienzan con un sistema económico y un monitor 1080p, esta APU brindará toda la velocidad necesaria.
La gran precaución aquí es que el precio del Ryzen 8700G es de 329 dólares, bastante elevado en comparación con las CPUs más asequibles de la generación actual con iGPU más básicas. Añadir una tarjeta gráfica económica a tu sistema permitirá obtener un rendimiento significativamente superior al del 8700G por solo 100 o 200 dólares más. Es lamentable que AMD no haya equiparado la misma iGPU 780M del 8700G en el 8600G o incluso en el 8500G, y haya establecido un precio más cercano a los 200 dólares. A ese nivel, serían sistemas de juego básicos con una relación calidad-precio excepcional.
En el lado positivo, el consumo de energía es muy impresionante, ya que el 8700G consume solo alrededor de 150W bajo carga, una cifra que la mayoría de los sistemas con CPU y GPU separadas casi duplicarían. Además, si buscas un PC muy compacto, nada puede igualar el rendimiento de este chip en un espacio tan reducido.