Es poco común que Apple delegue el dominio sobre la experiencia del usuario a un colaborador, pero la empresa busca expandirse en el mercado automotriz con su renovado CarPlay y ha optado por una inusual decisión de licenciar el sistema operativo a los fabricantes de automóviles para facilitar esta integración. Ahora, el mercado está expectante ante los resultados de esta apuesta.
El lanzamiento inicial de Apple CarPlay tuvo lugar en 2014, cuando se estrenó en un modelo de Ferrari, y desde entonces ha sido adoptado de manera más amplia por los principales fabricantes de automóviles. Surgió como la solución de Apple a los deficientes sistemas de infoentretenimiento en automóviles que rutinariamente ofrecen incluso en modelos de gama alta. En la actualidad, CarPlay es compatible con una amplia gama de vehículos y su implementación es sencilla: basta con conectar un iPhone al puerto USB del coche mediante un cable Lightning y luego seleccionar la opción CarPlay en la pantalla del vehículo. Además, en aquellos coches compatibles con CarPlay inalámbrico, el proceso es aún más simplificado.
En estos días, Apple está elevando su nivel con la última versión de CarPlay, que fusiona las funciones esenciales de infoentretenimiento del iPhone con los datos del sistema del vehículo en una pantalla que exhibe conjuntos de indicadores personalizados con la insignia del fabricante de automóviles. Como un homenaje quizás a sus raíces en Ferrari, los primeros vehículos en presentar la nueva iteración de CarPlay son Porsche y Aston Martin.
Sin embargo, mientras el bullicio rodeaba estos anuncios el pasado diciembre, un detalle pequeño pero crucial pasó inadvertido para la mayoría, hasta que el periodista Sanjiv Sathiah de NotebookCheck lo destacó: la nueva versión de CarPlay marca el retorno de Apple a las licencias de software. Este giro, al considerarlo, resulta bastante impactante dado el firme compromiso de Apple con la creación de una experiencia de usuario integral controlando tanto el hardware como el software. «Al licenciar su CarPlay de próxima generación a los fabricantes de automóviles, está entregando el control del ‘hardware’ a dichos fabricantes», señala Sathiah.
Considerando que está delegando parte del control, no es de extrañar que sean los fabricantes de automóviles de alta gama los primeros en adoptar la próxima generación de CarPlay, ya que Apple probablemente confíe en que no reproducirán los sistemas inferiores de versiones anteriores. Esta elección también sugiere que Apple no tiene interés en asociarse, por ejemplo, con Hyundai para implementar su próximo producto, prefiriendo dirigirse al mercado de lujo con sus mayores márgenes de beneficio.
El éxito de los despliegues de Porsche y Aston Martin será crucial.
Hasta ahora, las críticas se han enfocado principalmente en la estética, como la manera en que los fabricantes han personalizado las interfaces. Por ejemplo, la interfaz CarPlay de Porsche presenta tres indicadores circulares en el tablero y un fondo de pantalla que evoca el distintivo patrón de los asientos de pata de gallo de la marca. Mientras tanto, en la interfaz de Aston Martin se puede leer «Handbuilt in Great Britain» (Hecho a mano en Gran Bretaña).
El lanzamiento inicial de los primeros vehículos de Aston Martin equipados con el nuevo CarPlay está programado para este año, incluyendo un nuevo modelo de su icónico deportivo DB12. Porsche por su parte, aún no ha proporcionado un calendario específico ni detalles sobre sus planes.
Por otro lado, se encuentra General Motors, quien está retirando progresivamente el soporte para Apple CarPlay de sus vehículos eléctricos 2024, lo que ha generado descontento entre muchos de sus distribuidores. El fabricante automotriz argumenta que el software resulta demasiado distractor para los conductores. En su lugar, están ofreciendo un nuevo sistema de infoentretenimiento integrado que utiliza las aplicaciones nativas de Google para automóviles. Las primeras críticas del Chevy Blazer EV 2024, que incorpora este nuevo sistema de infoentretenimiento, han comenzado a surgir recientemente, evidenciando que el sistema aún no está completamente pulido para su lanzamiento al mercado.