Policía utilizó ADN para predecir el rostro de un sospechoso e intentó utilizarlo para el reconocimiento facial

Policía utilizó ADN para predecir el rostro de un sospechoso e intentó utilizarlo para el reconocimiento facial

En un hecho controvertido, un detective de California solicitó pasar una estimación del rostro de un sospechoso generada a partir del ADN por la tecnología de reconocimiento facial. La solicitud del detective parece ser el primer caso conocido de un departamento de policía que intenta utilizar el reconocimiento facial en un rostro generado algorítmicamente a partir del ADN de la escena del crimen.

El caso involucra un asalto sexual que ocurrió en 2019 en el Parque Regional Tilden en Berkeley, California. El Departamento de Policía del Distrito de Parques Regionales de East Bay recogió pruebas de ADN de la escena, pero no pudo encontrar una coincidencia en ninguna base de datos existente. El departamento recurrió entonces a Parabon NanoLabs, una empresa con sede en Virginia especializada en fenotipado de ADN, un proceso que predice la apariencia física y la ascendencia de una persona a partir de su código genético.

Parabon NanoLabs utilizó su software patentado, llamado Snapshot, para crear una imagen compuesta del rostro del sospechoso, basada en factores como el color de los ojos, el tono de la piel, la textura del pelo y la forma de la cara. La empresa afirma que su tecnología puede producir retratos precisos y detallados de personas desconocidas, incluso a partir de muestras de ADN de baja calidad o degradadas.

Sin embargo, el rostro generado por el ADN no bastó para identificar al sospechoso, que siguió en libertad. El detective encargado del caso decidió entonces dar un paso sin precedentes: pidió a Parabon NanoLabs que pasara el rostro por un software de reconocimiento facial, con la esperanza de encontrar una coincidencia en una base de datos de fotos de fichados o de redes sociales.

La petición se reveló en un documento filtrado obtenido por Ars Technica, que muestra que Parabon NanoLabs aceptó realizar el análisis de reconocimiento facial por una tarifa adicional de 3.500 dólares. El documento también indica que el análisis lo realizaría un proveedor externo, cuyo nombre no se ha revelado.

El uso del reconocimiento facial de rostros generados por ADN plantea serias cuestiones éticas y jurídicas, así como dudas sobre su fiabilidad y precisión. Los críticos sostienen que esta práctica vulnera la intimidad y los derechos civiles de personas inocentes, que pueden ser falsamente implicadas o señaladas por la policía basándose en pruebas dudosas. También señalan que tanto el fenotipo de ADN como el reconocimiento facial son propensos a errores y sesgos, especialmente cuando se aplican a personas de color y otros grupos marginados.

Según Jennifer Lynch, directora de litigios sobre vigilancia de la Electronic Frontier Foundation, el uso del reconocimiento facial de rostros generados a partir del ADN es «una idea terrible» que «cruza muchas líneas». Lynch declaró a Ars Technica que esta práctica es «básicamente una rueda de reconocimiento digital de personas que nunca han sido detenidas y que no tienen ninguna relación con el delito, salvo la de tener marcadores genéticos o rasgos faciales similares a los del sospechoso».

Lynch también dijo que la práctica es probablemente ilegal en California, que aprobó una ley en 2020 que prohíbe el uso de reconocimiento facial en imágenes o información derivada de ADN u otros identificadores biométricos. La ley se promulgó en respuesta a un escándalo relacionado con una empresa llamada GEDmatch, que permitió a las fuerzas del orden acceder a su base de datos genealógicos sin el consentimiento de sus usuarios.

Parabon NanoLabs, sin embargo, defendió su decisión de acceder a la petición del detective, afirmando que se trataba de «un uso legal y ético de Snapshot y el reconocimiento facial». El director ejecutivo de la empresa, Steven Armentrout, declaró a Ars Technica que la empresa sólo realiza el reconocimiento facial de rostros generados por ADN cuando lo solicitan las fuerzas del orden, y únicamente en casos relacionados con delitos violentos o restos sin identificar. También dijo que la empresa no almacena ni comparte ningún dato de reconocimiento facial, y que informa a las agencias de las limitaciones e incertidumbres de la tecnología.

Armentrout también afirmó que la tecnología de la empresa es «muy precisa e imparcial», y que ha ayudado a resolver cientos de casos sin resolver en todo el país. Afirmó que la empresa utiliza «los algoritmos de reconocimiento facial más avanzados que existen» y que valida sus resultados con expertos humanos.

Sin embargo, la eficacia y validez de la tecnología de la empresa no han sido verificadas de forma independiente ni revisadas por expertos, y no existe consenso científico sobre la exactitud o fiabilidad del fenotipado de ADN o el reconocimiento facial. Además, no hay pruebas de que el análisis de reconocimiento facial realizado sobre el rostro generado por ADN en el caso de Berkeley condujera a una identificación o detención positiva.

El caso ilustra el creciente uso y abuso de las nuevas tecnologías por parte de las fuerzas del orden, que a menudo operan sin la debida supervisión, regulación o rendición de cuentas. También pone de relieve la necesidad de una mayor concienciación pública, transparencia y debate sobre las implicaciones éticas y sociales de estas tecnologías, que tienen el potencial de transformar el sistema de justicia penal y la sociedad en general.