A.L.I. Technologies, una empresa emergente japonesa que desarrolló una moto voladora inspirada en las películas de Star Wars, se ha declarado en quiebra, poniendo fin a su ambiciosa visión de revolucionar el transporte urbano. La compañía citó su incapacidad para sostener sus operaciones en medio de crecientes costos de investigación y desarrollo, obstáculos regulatorios y bajas ventas como las principales razones de su colapso financiero.
A.L.I. Technologies fue fundada en 2018 por Daisuke Katano, un exingeniero de Sony y Honda, que quería crear un nuevo método de desplazamiento que pudiera volar sobre el tráfico y los obstáculos. El producto estrella de la empresa fue la Xturismo, una hoverbike que se asemejaba a una moto acuática con cuatro hélices. La Xturismo podía volar durante unos 40 minutos a velocidades de hasta 100 km/h, y se controlaba mediante una aplicación de smartphone. Katano afirmó que la hoverbike era más segura y estable que un helicóptero, y que podía utilizarse para diversos fines, como el turismo, el entretenimiento y la intervención en emergencias.
En un principio atrajo mucha atención y publicidad por su innovador producto, e incluso recibió el respaldo de celebridades, como el Príncipe Alberto II de Mónaco, que probó la hoverbike en un evento en 2019. La empresa también participó en varias exposiciones y demostraciones, como el Tokyo Motor Show y el Dubai Airshow, donde mostró las capacidades de su hoverbike.
Sin embargo, la empresa se enfrentó a varios retos y dificultades para convertir su hoverbike en un éxito comercial. Uno de los mayores obstáculos fue la falta de marcos legales y reglamentarios para los vehículos voladores en Japón y otros países, lo que impidió que la hoverbike se utilizara en carreteras y espacios aéreos públicos. Además, también tuvo que enfrentarse a problemas técnicos, como la duración de la batería, el ruido y la seguridad, que limitaban el rendimiento y el atractivo de la hoverbike.
La startup japonesa lanzó el Xturismo en 2021, con un precio de 680.000 dólares, muy superior al que podía permitirse el consumidor medio. Esperaban vender 100 unidades en el primer año, pero solo consiguió vender unas pocas, la mayoría a particulares adinerados y coleccionistas. Además, también intentó ampliar su línea de productos, desarrollando una versión más pequeña y barata de la hoverbike, llamada Xmini, y un servicio de entrega con drones, llamado Xdelivery. Sin embargo, estos productos no generaron suficientes ingresos o interés para mantener las operaciones de la empresa.
En 2021, la matriz estadounidense de la empresa, Aerwins Technologies, anunció que trasladaba sus operaciones de Tokio a California, donde había encontrado un nuevo socio comercial que le ayudaría a avanzar en su proyecto. La empresa dijo que abandonaría sus operaciones no esenciales en Japón y se centraría en el desarrollo de una nueva versión de la hoverbike, que sería más ligera, barata y cómoda. también dijo que esperaba poner a la venta la nueva hoverbike a un precio de 200.000 dólares.
Sin embargo, estos planes nunca se materializaron, ya que la empresa se quedó sin dinero y sin tiempo. El 16 de enero de 2024, se declaró en quiebra, marcando el final de su sueño hoverbike. Se desconocen los activos y pasivos de la empresa, y no está claro qué ocurrirá con sus empleados, clientes y productos restantes.
La historia de A.L.I. Technologies es un ejemplo de cómo una idea visionaria puede verse obstaculizada por realidades prácticas y financieras. La hoverbike de la empresa era un invento revolucionario, pero estaba demasiado adelantada a su tiempo y era demasiado costosa para convertirse en un producto de gran consumo. El fracaso también plantea interrogantes sobre el futuro de la movilidad aérea urbana y sobre si los vehículos voladores podrán convertirse algún día en un modo de transporte viable y sostenible.