El año pasado, las emisiones globales de CO2 provenientes del sector energético registraron un máximo histórico, a pesar de que las fuentes de energía renovable superaron por primera vez a los combustibles fósiles en las economías avanzadas, según indica un nuevo informe de la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
La AIE señala que las emisiones aumentaron en 410 millones de toneladas, lo que representa un incremento del 1,1%, llegando así a un récord de 37.400 millones de toneladas, como se detalla en un análisis publicado el viernes.
Aunque la demanda energética experimentó un aumento, el crecimiento de las emisiones fue menor que el año anterior, cuando aumentaron en 490 millones de toneladas. Esto sugiere que las fuentes de energía limpia están logrando reducir las emisiones a pesar del panorama general.
La AIE declaró que, sin la implementación de tecnologías de energía limpia, el incremento global de las emisiones de CO2 en los últimos cinco años habría sido «tres veces mayor».
Un «deficit notable» en la producción de energía hidroeléctrica, causado por sequías extremas en China, EE. UU. y otras economías, contribuyó con más del 40% del aumento de las emisiones el año pasado, según indicó la AIE, «ya que los países dependieron en gran medida de fuentes alternativas de combustibles fósiles para cubrir esta brecha».
La AIE destacó que las economías avanzadas experimentaron una caída sin precedentes en sus emisiones de CO2 en 2023, a pesar del crecimiento económico. «Las emisiones se redujeron a niveles no vistos en 50 años, mientras que la demanda de carbón disminuyó a niveles no observados desde principios del siglo XX».
La AIE informó que el año pasado marcó un hito, siendo el primero en el que al menos la mitad de la electricidad generada en las economías avanzadas provino de fuentes de baja emisión, como las energías renovables y nucleares.
Fatih Birol, director de la AIE, comentó: «Durante los últimos cinco años, la transición hacia fuentes de energía limpia ha enfrentado diversas pruebas, pero ha demostrado su resiliencia».
«A pesar de desafíos como la pandemia, crisis energéticas y tensiones geopolíticas, los esfuerzos por construir sistemas energéticos más limpios y seguros han logrado avances notables en muchas economías».
No obstante, el informe señala que la adopción de energías renovables sigue siendo «demasiado centrada» en las economías avanzadas, lo que subraya la necesidad de «intensificar los esfuerzos a nivel internacional para incrementar la inversión y la implementación de fuentes de energía limpia en las economías emergentes y en desarrollo».