Los mandatos de regreso a la oficina no ayudan a las empresas a ganar más dinero, según un estudio

Los mandatos de regreso a la oficina no ayudan a las empresas a ganar más dinero, según un estudio

Un nuevo estudio de la Katz Graduate School of Business de la Universidad de Pittsburgh cuestiona la suposición común de que obligar a los empleados a volver a la oficina aumentará la rentabilidad y el rendimiento de una empresa. El estudio, que analizó una muestra de 500 empresas de Standard & Poor’s que aplicaron una política de cinco días de regreso a la oficina en junio de 2021, no encontró cambios significativos en el rendimiento financiero o los valores de la empresa después de los decretos. Sin embargo, el estudio sí encontró disminuciones significativas en la satisfacción laboral de los empleados y en el equilibrio entre la vida laboral y personal, lo que sugiere que los mandatos de oficina pueden tener consecuencias negativas tanto para los trabajadores como para los empleadores.

El estudio, titulado «Return to Office Mandates» fue realizado por los profesores Pradeep Chintagunta, Ravi Madhavan y Kannan Srinivasan, y el estudiante de doctorado Shashank Vaid. Los investigadores utilizaron un enfoque de diferencias en diferencias para comparar los resultados financieros y los valores de las empresas que aplicaban una política de regreso a la oficina con las que no lo hacían.

Los resultados mostraron que los mandatos de regreso a la oficina no desempeñaron ningún papel en la mejora de la rentabilidad de la empresa, el crecimiento de los ingresos o el rendimiento de las acciones. De hecho, los investigadores descubrieron que los mandatos tenían un impacto negativo en la satisfacción de los empleados, y en el equilibrio entre la vida laboral y personal. Los investigadores argumentaron que estos descensos podrían dar lugar a una menor productividad, una mayor rotación y una menor capacidad de innovación a largo plazo.

El estudio también puso de relieve la diversidad de preferencias y circunstancias de los empleados en relación con el trabajo a distancia. Algunos prefieren trabajar desde casa por motivos de salud, seguridad o familiares, mientras que otros disfrutan de la flexibilidad y autonomía del trabajo a distancia. Los investigadores sugirieron que las empresas deberían tener en cuenta las ventajas y desventajas de las distintas modalidades de trabajo y adoptar un enfoque más flexible y personalizado para adaptarse a las necesidades y preferencias de sus empleados.

Las conclusiones del estudio coinciden con otras encuestas e informes que han demostrado que muchos empleados prefieren tener cierto grado de trabajo a distancia, y que algunos están dispuestos a renunciar o cambiar de trabajo si se les obliga a volver a la oficina a tiempo completo. Según una encuesta reciente de PwC, el 65% de los empleados quiere trabajar a distancia al menos dos días a la semana, y el 29% buscaría un nuevo empleo si se le exigiera estar en la oficina cinco días a la semana. Otra encuesta de FlexJobs reveló que el 58% de los trabajadores dejaría su empleo si no pudiera seguir trabajando a distancia.

El estudio también contradice las afirmaciones de algunos ejecutivos y directivos que han sostenido que la vuelta a la oficina es esencial para la colaboración, la innovación y la cultura.
Algunas empresas, como Goldman Sachs, AT&T e Internet Brands, han emitido estrictos mandatos de regreso a la oficina y han amenazado con despedir o degradar a los empleados que no los cumplan. Sin embargo, el informe sugiere que estos mandatos pueden no producir los resultados deseados y, por el contrario, pueden ser un obstáculo para la innovación.

El estudio concluye que los mandatos de vuelta a la oficina no son una solución única, y que los empresarios deben replantearse sus estrategias y políticas en relación con el trabajo a distancia. Los investigadores recomiendan que las empresas dialoguen y experimenten con sus empleados y adopten un planteamiento más flexible y personalizado de la organización del trabajo. También sugieren que las empresas supervisen y midan los efectos de las distintas modalidades de trabajo en sus resultados financieros, la satisfacción de los empleados y la cultura organizativa. De este modo, los empresarios pueden crear un entorno laboral más óptimo y sostenible para su empresa y sus empleados.