Los precios de referencia del gas natural alcanzaron el lunes su nivel más bajo en seis meses, mientras que en algunos países los precios de la electricidad llegaron a ser negativos durante varias horas.
La crisis energética se desencadenó por el aumento de la demanda mundial de gas, los bajos niveles de almacenamiento, la reducción de las exportaciones rusas y las tensiones geopolíticas en torno a Ucrania.
Sin embargo, la situación ha mejorado en el comienzo de este año, ya que una serie de tormentas atlánticas han traído temperaturas más cálidas y vientos racheados al norte de Europa. La producción eólica en Alemania, el mayor mercado eléctrico del continente, alcanzó el lunes un máximo histórico, según un informe de Bloomberg. La energía eólica también representó cerca de la mitad del mix energético del Reino Unido, mientras que la generación a partir de gas descendió a un porcentaje bajo.
El aumento de la producción de energías renovables ha reducido la necesidad de combustibles fósiles, que se han vuelto más caros y escasos. Los precios del gas también se han visto presionados por los elevados inventarios, la débil demanda industrial y los abundantes suministros de otras fuentes, como Noruega y las importaciones de gas natural licuado (GNL).
Según Eurostat, la oficina estadística de la UE, los precios de la electricidad y el gas en el primer semestre de 2023 fueron los más altos jamás registrados, con subidas del 14% y el 38%, respectivamente, en comparación con el mismo periodo de 2022. Sin embargo, la agencia también señaló que los precios han empezado a estabilizarse en la segunda mitad de 2023, a medida que los mercados energéticos se ajustaban a las condiciones cambiantes.
La caída de los precios de la energía es una señal positiva para la transición energética de la UE, que aspira a lograr la neutralidad climática en 2050. El bloque se ha fijado objetivos ambiciosos para aumentar la cuota de fuentes de energía renovables, mejorar la eficiencia energética y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. La reciente crisis también ha puesto de relieve la necesidad de una mayor diversificación energética, interconexión y resistencia.
Sin embargo, los precios de la energía siguen siendo volátiles e inciertos, ya que el clima, la geopolítica y la dinámica del mercado pueden cambiar rápidamente. Por lo tanto, los consumidores y los responsables políticos deben permanecer vigilantes y preparados para cualquier futura sacudida.