Nintendo ha emprendido acciones legales contra el desarrollador del emulador de Nintendo Switch conocido como Yuzu, argumentando que este software «burla ilegalmente las salvaguardas tecnológicas» destinadas a restringir la reproducción de juegos de Switch en hardware no autorizado.
Yuzu ha estado en circulación durante varios años; su popularidad se disparó tras su utilización para ejecutar Pokémon: Let’s Go en 2018. Sin embargo, fue The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom lo que realmente atrajo la atención de los jugadores convencionales. Pocos días después de que este juego exclusivo de Switch saliera al mercado, los desarrolladores de Yuzu anunciaron que lo habían optimizado para funcionar «de manera fluida en la mayoría de los dispositivos», todo esto «sin la necesidad de hacks».
Si bien esto emocionó a los seguidores de Nintendo, la empresa japonesa no compartía su entusiasmo. La demanda presentada (disponible en su totalidad en Scribd) describe a los emuladores como «software que facilita la reproducción ilegal de videojuegos pirateados diseñados exclusivamente para una consola específica en un dispositivo informático de uso general». Para respaldar su afirmación, Nintendo menciona específicamente Tears of the Kingdom, cuya versión filtrada se propagó antes de su lanzamiento oficial. Aunque Yuzu ha tomado medidas públicas para desalentar la piratería a través de su servidor en Discord, Nintendo ha identificado al emulador como el principal problema en esta situación.
La demanda señala que las copias ilegales del juego, que se distribuyeron en línea, eran compatibles con Yuzu, y estas copias fueron descargadas exitosamente desde sitios web piratas más de un millón de veces antes del lanzamiento oficial del juego por parte de Nintendo. Además, muchos de estos sitios web piratas destacaron específicamente la capacidad de jugar el archivo del juego en Yuzu.
Este no es el primer incidente en el que se acusa a los emuladores de promover la piratería. En 1999, Sony presentó una demanda contra Connectix, una empresa que desarrolló un emulador de PlayStation llamado Virtual Game Station, alegando infracción de derechos de autor y otras violaciones de propiedad intelectual. Sin embargo, Connectix salió victorioso en el caso. El tribunal determinó que «Sony busca naturalmente controlar el mercado de dispositivos que reproducen juegos producidos o autorizados por Sony», pero concluyó que la ley de derechos de autor «no otorga tal monopolio».
Esta decisión se tomó en 2000, en los primeros días de la Digital Millennium Copyright Act, que se promulgó en EE.UU. en 1998. Sin embargo, la aplicación de esta ley en la actualidad sigue siendo un tema incierto. La demanda de Nintendo rechaza cualquier argumento de uso legítimo de Yuzu: «Para ser precisos, no hay una manera legal de utilizar Yuzu para jugar juegos de Nintendo Switch, principalmente porque requiere el descifrado de la encriptación de los juegos».
Además, Nintendo también expresó su descontento por el impacto negativo que Yuzu había tenido en Tears of the Kingdom. Según la empresa, debido a la presencia generalizada de emuladores, «muchos aficionados de The Legend of Zelda se vieron obligados a evitar las redes sociales para evitar los spoilers y así mantener intacta su sorpresa y emoción para el lanzamiento oficial del juego».
La demanda argumenta que el perjuicio causado a Nintendo por Yuzu «es evidente e irreparable», sin embargo, busca una compensación que incluye una orden judicial permanente contra el emulador el y el cese del dominio del sitio web yuzu-emu.org. Además, solicita una indemnización por daños, la cual podría ser significativa: Nintendo solicita una indemnización de 2,500 dólares por violación de las disposiciones de la DMCA relacionadas con la elusión y el tráfico, y de 150,000 dólares por violación de los derechos de autor de Nintendo. No obstante, el monto real de la indemnización se determinaría en el juicio.
Nintendo está decidida a llevar este asunto hasta el final y buscará que los creadores de Yuzu asuman la responsabilidad económica correspondiente.