Uber, la conocida plataforma de transporte privado, ha resuelto una demanda interpuesta por propietarios y conductores de taxis en Australia. Según información proporcionada por un despacho legal, la empresa acordó pagar 271,8 millones de dólares australianos (aproximadamente 178 millones de dólares estadounidenses). Este acuerdo, catalogado como el quinto más grande en la historia de Australia, fue anunciado por el bufete de abogados Maurice Blackburn.
La demanda colectiva fue presentada en 2019 ante el Tribunal Supremo del estado de Victoria, representando a más de 8.000 propietarios y conductores de taxis y vehículos de alquiler. Alegaban que Uber había violado las regulaciones que exigen licencias para operar taxis y vehículos de alquiler.
Según lo expresado en la demanda, la incursión de Uber en el mercado en 2012 tuvo un impacto adverso en los ingresos de los taxistas licenciados y depreció el valor de las licencias que poseían. Aunque Uber niega haber infringido deliberadamente la ley, Michael Donelly, director de Maurice Blackburn, afirmó que la empresa ha accedido a compensar tras años de resistencia a cumplir con lo debido.
En respuesta, un portavoz de Uber señaló que la compañía ha estado colaborando en planes de compensación para taxistas a nivel estatal desde 2018. Asimismo, destacó que este acuerdo refleja el compromiso de Uber de superar las controversias pasadas.
Rod Barton, ex legislador y taxista involucrado en la demanda colectiva, ha expresado que este acuerdo valida su creencia de que Uber había eludido deliberadamente las regulaciones de licencias de taxi del país. Según Barton, Uber debería haber requerido licencias completas tanto para conductores como para vehículos, pero optó por no hacerlo, obteniendo así una ventaja competitiva en la industria del taxi.
En 2015, se realizaron modificaciones legislativas para permitir que Uber operara sin licencias de taxi, mientras que los gobiernos estatales implementaron sistemas de compensación para taxistas y propietarios de licencias.