La ambiciosa incursión de Apple en el mundo de la realidad virtual con sus auriculares Vision Pro de elevado precio se ha topado con un obstáculo, y procede de una fuente bastante inesperada: Netflix. El gigante del streaming, omnipresente en prácticamente todas las pantallas imaginables, ha decidido dar un duro revés al casco de realidad virtual de 3.500 dólares de Apple.
En una conversación reciente con el analista Ben Thompson, el consejero delegado de Netflix, Greg Peters, dejó claro que su empresa no tiene planes de desarrollar una aplicación específica para Vision Pro. ¿Su razonamiento? Simplemente no ve el casco como una plataforma viable para el contenido de Netflix, calificándolo de «subescala» y expresando dudas sobre su alcance potencial.
«Tenemos que tener cuidado de no malgastar el dinero en cosas que realmente no merecen la pena, y yo diría que esperaremos a ver qué pasa con Vision Pro», afirma Peters. Este enfoque cauteloso contrasta con la rápida adopción habitual de nuevas plataformas por parte de Netflix. Apenas un día antes de sus comentarios sobre Vision Pro, Peters alababa el impresionante crecimiento de suscriptores en Netflix e insinuaba posibles subidas de precios en el futuro.
Entonces, ¿qué es exactamente lo que hace que el Vision Pro no sea un éxito para Netflix? Las preocupaciones de Peters parecen derivarse de dos factores principales: el elevado precio de los auriculares y su incierta adopción en el mercado. Con un elevado precio de 3.500 dólares, es probable que Vision Pro siga siendo un producto de nicho, accesible sólo a un pequeño segmento de entusiastas de la tecnología con bolsillos holgados. Este público limitado no justificaría la inversión necesaria para desarrollar una aplicación dedicada a Netflix, sobre todo teniendo en cuenta que la compañía ya ofrece su servicio en una amplia gama de dispositivos más asequibles.
Además, la viabilidad general del mercado de la realidad virtual sigue sin estar clara. Aunque la tecnología tiene sus fans acérrimos, aún no ha logrado una adopción generalizada. Es comprensible que Netflix no quiera apostar por una plataforma que podría acabar siendo un fracaso.
Cabe señalar que Netflix no es el único gran proveedor de aplicaciones que está esperando a ver qué pasa con Vision Pro. Spotify y YouTube, por ejemplo, tampoco tienen planes inmediatos de lanzar aplicaciones específicas para el casco. En su lugar, aconsejan a los usuarios que accedan a sus servicios a través del navegador Safari integrado en el Vision Pro.
Esta tibia acogida por parte de grandes actores como Netflix y Spotify arroja algunas dudas sobre el futuro del Vision Pro. Apple, conocida por sus innovaciones que marcan tendencia, podría haber calculado mal esta vez. El elevado precio y la incierta adopción en el mercado, junto con la falta de entusiasmo de los principales proveedores de contenidos, podrían hacer que el Vision Pro fuera difícil de vender incluso para los fieles seguidores de Apple.
Sólo el tiempo dirá si el Vision Pro encuentra su nicho o se desvanece en la oscuridad. Pero por ahora, parece que Netflix se contenta con observar desde la barrera, priorizando sus inversiones en plataformas con mayor alcance y un historial más probado.